miércoles, 28 de mayo de 2008

Reportajes de la Silimarina y ¿Sabías que el Higado es la raíz de muchas enfermedades crónicas?

Revista Diabetes Hoy

En este Link pueden ver fotos de esa revista donde salió un reportaje muy interesante de la Silimarina:
http://tepantzintlacaztalli.blogspot.com/2007/11/as-me-enter-del-milagro-del-cardo.html

Periódico "La Crónica"

Conozca la planta milagrosa
Por: EFE | Culturas
Lunes 5 de Diciembre de 2005 | Hora de publicación: 04:03


El cardo mariano, planta espinosa y comestible, es de los remedios más eficaces para el hígado, impide la absorción de productos tóxicos y estimula la secreción de la bilis. Mejora la circulación sanguínea abdominal y genital, por lo que se recomienda para menstruaciones abundantes, hemorroides, varices y hemorragias nasales, e incluso para la depresión.

De acuerdo con la leyenda el sagrado líquido proveniente del pecho de la Virgen María confirió efectos protectores y benéficos para la salud. Debido a ello, muchas de las denominaciones que recibe suelen hacer referencia a la leche y a María. También es llamado “cardo lechero” tiene su origen en Europa Central y Occidental. De tallo ramoso y robusto, con hojas brillantes, grandes y onduladas, la “planta del hígado” se emplea con fines medicinales desde la más remota antigüedad, y aparece ya descrita por sabios como Plinio, Teofrasto y Dioscórides.

No se le conocen efectos tóxicos, incluso si se toma en grandes dosis: algo previsible en una planta casi “llegada del cielo”.

PODEROSO DESINTOXICANTE. Común en los campos de la Europa mediterránea, el silybum marianum, tiene tal efecto protector y reparador del hígado, que es una valiosa ayuda para tratar sus dolencias más severas, como la cirrosis o la hepatitis.

Además, ayuda a neutralizar los estragos causados por la intoxicación alcohólica, y combate los efectos de las setas venenosas, incluida la mortal amanita phalloides, la cual contiene la toxina más peligrosa para el hígado que se conoce. Esta planta es el principal remedio de la herboristería occidental para los desórdenes hepáticos. Se utiliza también para proteger las vísceras y regenerar sus células. Se emplea como complemento en el tratamiento de una amplia gama de dolencias y desórdenes, desde cirrosis, esteatosis, hepatitis y colecistopatías, hasta ictericia.

También se puede emplear para limitar los daños que le causa al hígado la quimioterapia del cáncer y para acelerar su recuperación después de este tipo de tratamiento. Aunque ahora ha sido relegado por otras plantas como el hipérico, el principal uso terapéutico del cardo mariano en la antigüedad era como remedio contra la depresión, si bien hay que tener en cuenta que muchos casos de melancolía también se asocian a dolencias hepáticas.

El “cardo de la Virgen María” viene bien al hígado, que se encarga de verter la glucosa a la sangre, interviene en el metabolismo del hierro, modifica las sustancias que le llegan a través de la vena, porta y ayuda en el filtrado, limpieza y eliminación de toxinas.

El hígado en el hombre también produce casi la mitad del colesterol, transforma las sustancias que contienen los alimentos digeridos en proteínas, grasas e hidratos de carbono, y sintetiza varios compuestos importantes que el organismo emplea para efectuar distintas funciones, como los “factores de coagulación” de la sangre.

Ya sabe: si durante estas Fiestas se excede con las comidas y bebidas, recuerde que la propia Virgen María ha bendecido una de las mejores plantas para depurar el organismo después de los excesos gastronómicos: el “milagroso” cardo mariano.

Reportaje en el Periódico "Así es" de Tamaulipas

Mas opciones en diabetes
Seguramente dirá usted que nada tiene que ver el tema con la investigación, sin embargo, hay cosas que quienes vivimos con diabetes mellitus debemos de saber: existen investigaciones serias que nos dan esperanzas de una mejor calidad de vida, y eso beneficia (o afecta) al diez por ciento de la población, es decir, a muchos, aunque también afecta a algunos médicos y empresas farmacéuticas, pues, porque dejarían de ganar lo que ganan al encontrar una cura definitiva.

Y es que en este ámbito hay diversos criterios, como el de aquel ingeniero agrónomo de Saltillo, Coahuila, conocido como ”el Tata”, quien maneja un tratamiento que asegura la cura de esta enfermedad que se ha convertido en la principal causa de muerte. Afirma que todo el asunto es modificar los hábitos alimenticios y poner algunas cosas en el organismo para que vuelva a funcionar bien, criterio que choca con algunos especialistas que sugieren una locura en el Tata, porque seguramente les quitará muchas consultas, es decir, dejarán de ganar dinero.

Cuando Hipócrates dejó como legado su famoso juramento para la práctica médica, nunca pensó que hubiera quien viera esta actividad humanitaria como el negocio turbio en que algunos lo convierten; hay especialistas que dejan de atender a alguien porque no es su paciente privado, y hay otros que, en aras de un manejo privado de su vida, hacen caso omiso a la urgencia que puede significar la vida o la muerte.

Hay de todo, como en la Viña del Señor. Médicos excelentes que saben lo que hacen o procuran hacerlo mejor, sin dejar a un lado la condición humana de cometer errores, que en forma involuntaria pueden llevarnos a tener problemas. Los médicos también son humanos, como todos nosotros.


Hace tiempo se hizo una investigación en el Hospital Infantil de Tamaulipas acerca de la posibilidad de contraer diabetes, pero ya no supimos qué más sucedió al respecto; de esto hace al menos unos cuatro o cinco años.

Como periodistas nos llama la atención el hecho de ver nuevos descubrimientos, y como personas con diabetes más, lo que nos lleva a tener un especial interés en el asunto, y en este sentido, queremos hacer un llamado al Instituto de Ecología y Alimentos, así como a la Unidad Académica Multidisciplinaria de Agronomía y Ciencias de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, para poder establecer un protocolo que pudiera significar la diferencia entre una investigación y, por qué no decirlo, un Premio Nobel.

Estamos ciertos de que quien encuentre la cura de la diabetes estará directamente conectado con este tipo de reconocimientos mundiales, eso no tiene duda.

Pero lo interesante, y creemos que así es, sugiere la existencia de esta planta en territorio tamaulipeco, tan bendecido con una gama de recursos que no nos acabamos; es aquí donde podríamos investigar a través de nuestra U.A.T. el hecho, primero, de su existencia, y segundo, un buen protocolo en el que se compruebe la veracidad de los avances, pero en seres humanos.

Hay quien si participa. Recordamos que hace poco en Miami, Florida, un grupo de investigación convocó a personas interesadas en participar como “conejillos de Indias” en un experimento-protocolo en bien de la diabetes. No sabemos el resultado, pero de que hay personas que participan, no hay duda.

Dejemos a la rata Wistar por la paz, y hagámoslo en humanos, podemos ganar mucho. Los investigadores de plantas y medicina de la UAT tienen la palabra, y la mano en este sentido, ojala tomen la iniciativa, en bien de millones de mexicanos.
Escrito por : Carlos Santamaría Ochoa.
Domingo, 16 de Octubre de 2005


Reportaje de Univisión

El secreto se llama Silimarina

Cardo Mariano: como mandado del cielo
Un remedio bíblico para el hígado

EFE
Esta planta espinosa y comestible es uno de los remedios más eficaces para el hígado, debido a su riqueza en silimarina
Ricardo Goncebat, EFE


Un verdadero milagro

Esta planta espinosa y comestible es uno de los remedios más eficaces para el hígado, debido a su riqueza en silimarina, una sustancia que impide la absorción de los productos tóxicos y estimula la secreción de la bilis. Además, protege del daño hepático producido por el alcohol y los envenenamientos.

El Cardo mariano, así denominado debido a este episodio bíblico, no sólo ha intervenido indirectamente en la salvación del cuello de un ser divino, sino que sigue interviniendo ahora de manera directa y científicamente comprobada, en la salvación de muchos hígados humanos, debido a sus efectos saludables sobre ese órgano esencial para la vida y la salud.

Común en los campos de la Europa mediterránea, el Silybum marianum, también conocido como cardo lechal, tiene tal efecto protector y reparador del hígado, que es una valiosa ayuda para tratar sus dolencias más severas, como la cirrosis o la hepatitis.
Además, ayuda a neutralizar los estragos causados por la intoxicación debida al alcohol, y combate los efectos de las setas venenosas, incluida la mortal Amanita phalloides, la cual contiene la toxina más peligrosa para el hígado que se conoce.

Dos aliados hepáticos • Maceración antiinflamatoria. Mezcle a partes iguales la cabeza floral del Cardo mariano con sus semillas triturada, con angélica, genciana, alcachofera, centaura, caléndula, menta, de boldo y cachurrera, y mantenga en remojo toda la noche, una cuchara sopera rasa de esta mezcla por medio vaso de agua. Al día siguiente, cuele y beba en ayunas diariamente.
• Infusión hepatoprotectora. Para normalizar la función hepática y ayudar a tratar sus problemas, combine cantidades iguales de cardo mariano, boldo, cúrcuma, crisantemo, menta y anís, y vierta en agua hirviendo el contenido de una cucharada sopera de la mezcla por taza, para tomar tres dosis diarias de este líquido tres veces al día, antes de las comidas.

Triple acción protectora

Esta planta es el principal remedio de la herboristería occidental para los desórdenes hepáticos, proteger la víscera y regenerar sus células. Se emplea como complemente en tratamiento de una amplia gama de dolencias y desórdenes, desde cirrosis, esteatosis, hepatitis y colecistopatías, hasta ictericia, intoxicaciones por setas tóxicas para el hígado, y afecciones en el cual este órgano está estresado, debido a una infección o el exceso de alcohol.
También se emplea para limitar los daños que le causa al hígado, la quimioterapia del cáncer y acelerar su recuperación después de este tipo de tratamiento.

Posiblemente debido a que mejora la función hepática, el cardo mariano favorece la circulación sanguínea abdominal, del área genital y del cuerpo en general, por lo que se recomienda para tratar las reglas abundantes, hemorroides, varices y pérdida de sangre nasal.

El médico naturista Gerard afirmaba en su libro "Herball" de 1597, que "es el mejor remedio que crece contra todas las enfermedades melancólicas".
Amigos y enemigos del hígado

Para entender la importancia del Cardo mariano, hay que comprender la importancia del hígado, una víscera vital, ya que se encarga de verter la glucosa a la sangre, interviene en el metabolismo del hierro, modifica las sustancias que le llegan a través de la vena porta y es uno de los órganos de filtrado, limpieza y eliminación más importantes del organismo.

La víscera más grande y una de las más complejas, no sólo descompone las sustancias tóxicas para eliminarlas como subproductos inocuos.

Esta "fábrica de elementos químicos" produce casi la mitad del colesterol, transforma las sustancias que contienen los alimentos digeridos en proteínas, grasas e hidratos de carbono, y sintetiza varios compuestos importantes que el organismo emplea para efectuar distintas funciones, como los denominados "factores de coagulación" de la sangre.

El hígado recibe sangre tanto del intestino como del corazón, la cual circula a través de una pequeña red de canales en el interior de la víscera, donde se procesan los nutrientes digeridos y cualquier sustancia nociva, y la sangre después sigue su camino, por todo el organismo

Este complejo bioquímico, es el filtro con que el organismo depura la sangre y el reactor donde se retienen y degradan los tóxicos que ingerimos: el alcohol, los medicamentos y los compuestos artificiales de las comidas y bebidas, hasta las drogas como la nicotina o la cafeína.

Cuando este órgano se halla en buen estado es capaz de enfrentarse a las agresiones externas, manteniendo el cuerpo con buena vitalidad, salud y funcionamiento, pero si se degrada debido a una mala alimentación o a la ingestión continuada de toxinas, comienza a sobrecargarse y presentar problemas: desde falta de apetito, náuseas, indigestiones y dolor, hasta insuficiencia hepática, hepatitis, cirrosis, cálculos biliares o cáncer.

Los principales enemigos del hígado son el alcohol, ciertos medicamentos, algunos aditivos alimentarios y las setas venenosas; entre sus principales aliados, además de otra planta a la vez medicinal y comestible como es la alcachofa, es el Cardo mariano: el hepatoprotector por excelencia.

Una hierba común pero especial

Originario del Mediterráneo, el Cardo mariano se emplea con fines medicinales desde la más remota antigüedad y ha sido utilizado en Europa como remedio para la depresión y los desórdenes del hígado desde hace siglos, aunque hoy prevalece su rol de restaurador y protector hepático, el cual ha sido confirmado por numerosas investigaciones médicas.

Tomado en forma de polvo, tintura, gotas, pastillas o comprimidos, tiene una amplia variedad de indicaciones: hepatitis, cirrosis hepática, piedras en la vesícula, intoxicaciones, hemorragias, varices, melancolía, depresión, lactancia deficiente, jaqueca, neuralgias, mareos, vómitos, quimioterapia

El secreto se llama Silimarina

Entre las principales sustancias activas que benefician el hígado y distintas funciones orgánicas, figuran la taxifolina, los ácidos linoleico y oleico, la tiramina, taninos, compuestos proteicos y unas fibras llamadas mucílagos.

Pero su principal efecto hepatoprotector se debe a su riqueza en silimarina o sylimarina: un flavonoide que protege el hígado de la acción de compuestos que normalmente resultan tóxicos, fortalece las membranas celulares de esta víscera, mantiene sus funciones y estimula la secreción de la bilis y proteínas, una especie de "desinfectante intestinal".

Parece ser que este flovonoide actúa protegiendo las células del hígado intactas o que no estén irremediablemente, mediante un mecanismo de fortalecimiento de sus membranas que dificulta la absorción de los tóxicos.
La silimarina también estimula la síntesis de proteínas en el hígado por lo que también podría tener un efecto regenerador de las células hepáticas.

Se ha demostrado que el colapso grave del hígado producido por ingerir tetracloruro de carbono o setas venenosas, puede evitarse si se toma silimarina de inmediato o en las 48 horas siguientes. En Alemania, la silimarina se ha utilizado con éxito para tratar la hepatitis y la cirrosis.

Estudios recientes demuestran la potencia del Cardo para contrarrestar la influencia nociva en el hígado de la absorción de metales pesados asociados a ciertos productos, como el plomo y el aluminio de las latas y envases, y el mercurio de los empastes dentales y ciertos cosméticos.

El Higado la Raíz de las Enfermedades Crónicas

La intoxicación del Hígado puede ser la causa de numerosas patologías.

Una insuficiencia hepática crónica aunque sea asintomática (Significa que no hay síntomas) e incluso aparezcan valores correctos en las analíticas puede provocar importantes alteraciones en casi todo el cuerpo sin que los médicos se den cuenta de que esos síntomas sin aparente relación pueden deberse a una misma causa. José María Cardesín, experto en Medicina Tradicional China, afirma de hecho que puede ser el origen de diabetes, taquicardias, hipotensión, mareos, disnea de esfuerzo, falta de concentración, pérdida de memoria, alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, depresión, migrañas, caída del cabello, alteraciones de la visión, piernas pesadas, varices, hemorroides, hernia de hiato, úlcera gástrica, acidez, anemia, cansancio, osteoporosis, intoxicación celular y cáncer.

Y que por tanto muchas veces carece de sentido tratar esos síntomas aisladamente.

¿Qué causas pueden afectar al hígado y generar insuficiencia hepática crónica, casi siempre sin síntomas hepáticos pero que produce frecuentemente su inflamación? El consumo excesivo de grasas, alcohol, tabaco, las medicaciones agresivas, la ingesta de tóxicos...

Y en cuanto a la alimentación se refiere determinados parásitos que al formar colonias en intestino e hígado ensucian el órgano afectado. Sin olvidar los nervios, el estrés, los disgustos y todas las emociones que propician un estado de irritabilidad o ira ya que trastornan el sistema hepático. Recordemos que la ira es consustancial al hígado según la Medicina Tradicional China; basta en ese sentido recordar la violencia que se genera en los alcohólicos y en los enfermos hepáticos crónicos.

Agregaremos que también pueden afectarle negativamente los esfuerzos musculares desacostumbrados o excesivos pues el hígado rige la musculatura y los tendones y es un reservorio de glucógeno, alimento de estas estructuras. (La silimarina aumenta los niveles de Glutatión en el hígado).

El Sindrome Hepático y Sus Concomitancias

La sangre pasa por medio del hígado con un promedio de 1.4 litros por minuto; en cualquier instante, el hígado contiene alrededor del 10 por ciento de toda la sangre en el cuerpo. También transporta la sangre de el páncreas y bazo. Las células de hígado ayudan la sangre para asimilar sustancias alimenticias y para excretar toxinas y materiales de deshecho, así como también productos tales como asteroides, estrógenos, y otras hormonas. El hígado es un órgano más versátil. Almacena glucógeno, hierro, cobre, vitamina A, muchas del complejo de vitamina B, y vitamina D.

En el caso de inflamación hepática hecho muy frecuente y crónico genera una reducción del flujo ascendente de sangre venosa. Y ello crea un desequilibrio entre la cantidad de sangre existente en las zonas superior e inferior del cuerpo. Es decir, la sangre se acumula en la parte inferior habiendo menos en la mitad superior. Déficit de sangre que puede ser la causa de muy diversas patologías que los médicos convencionales no relacionan con ese hecho. Es el caso de numerosos casos de:

Diabetes

Una de las principales funciones del hígado es mantener el equilibrio de la concentración de glucosa en sangre. Este proceso mediado por la propia concentración de glucosa y por hormonas (glutation, epinefrina e insulina), consiste en almacenar la glucosa excedente o bien liberarla. Por lo tanto un higado inflamado e intoxicado no puede realizar estas funciones por lo que se empiezan a desarrollar enfermedades crónicas.

Taquicardias e Hipotensión

La reducción del caudal sanguíneo en la parte superior del cuerpo puede producir a nivel cardíaco taquicardias ya que toda bomba se acelera cuando no dispone de suficiente fluido para bombear. Y si el corazón maneja menos sangre por las arterias fluirá también menos cantidad dando lugar a hipotensión.

Cuadros disneicos o asmáticos

Cuando llega menos sangre a los pulmones se pueden producir cuadros de insuficiencias respiratorias y asmáticas. Por tanto un insuficiente suministro de oxígeno al organismo causa síntomas que con frecuencia se confunden con una patología pulmonar.

Vértigos y mareos

Es obvio que si llega menor cantidad de sangre al cerebro puede producir vértigos, mareos e inestabilidad que en estos casos suele achacarse a la hipotensión sin considerar que ésta puede estar provocada por la inflamación hepática. De hecho, un mareo que conduce a una lipotimia (desmayo) no es más que un mecanismo de defensa del organismo que se da cuenta de que necesita estar en posición horizontal a fin de que la sangre pueda llegar de nuevo fácilmente al cerebro.

Pérdida de memoria y confusión mental
Un deficiente riego sanguíneo puede ser también causa de pérdida de memoria, confusión mental, disminución del rendimiento mental, posible caída de cabello y disminución temporal de la agudeza visual. Síntomas que en principio remiten al normalizarse el riego sanguíneo por regularización hepática.

Depresión

Esta importante alteración, tomada como una afección cerebral de tipo psíquico y tratada normalmente a través del sistema nervioso, se pone de manifiesto en cuanto el cerebro deja de recibir la sangre que necesita. La hipovolemia cerebral produce una sensación de angustia, ansiedad, deseos de estar acostado (posición en la que el cerebro recibe más fácilmente el fluido sanguíneo), mareos, miedos y, en última instancia, desesperación. Pues bien, todo ello mejora notablemente al recuperarse el riego cerebral por normalización del flujo sanguíneo hepático ascendente.

Migrañas y cefaleas

El cuadro anterior está íntimamente relacionado con las migrañas y algunas cefaleas. Sólo que éstas se producen cuando el paciente mejora, su hígado se desinflama y la sangre sube rápidamente hacia la parte superior con mayor caudal produciendo el síndrome migrañoso, dolor pulsante en sienes y deseo de estar relajado en oscuridad y silencio. Obviamente, en cuanto el hígado se vuelve a inflamar remiten los síntomas de la migraña. La solución consiste pues en normalizar el hígado para que esos cambios de intensidad en el flujo sanguíneo ascendente no se produzcan.

Alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia y ataxia cerebelosa

Hace ya 30 años se planteó que en muchos casos -no en todos, por supuesto- enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer, el parkinson, la esclerosis múltiple, la epilepsia y la ataxia cerebelosa pueden deberse a una deficiente irrigación del cerebro. Y que puede ser así parece demostrarlo que cuando esa falta de sangre -y, por tanto, de oxígeno- se debe a una comprensión patológica del opérculo torácico que impide que la sangre circule adecuadamente por la arteria vertebral ,esa falta de riego sanguíneo cerebral puede deberse igualmente al problema hepático.

Varices y hemorroides

¿Qué sucede, por otra parte, cuando la sangre se encuentra en mucha mayor cantidad en la mitad inferior del cuerpo, en el sistema venoso, siendo incapaz de subir al tórax por estar parcialmente retenida debido a la inflamación del sistema hepático? Pues que las venas se dilatan, se distienden y se producen varices y hemorroides. De hecho muchas personas con inflamación hepática tienen las piernas pesadas y lo achacan a que están mucho rato de pie cada día cuando la causa real es bien diferente.

Úlceras gástricas, anemia y amenorrea

Las venas gastroepiploicas procedentes del estómago que desembocan en el sistema hepático antes de la filtración pueden dilatarse cuando la sangre queda retenida en ellas produciendo varices esofágicas o duodenales (o ambas). Y si el volumen de esa sangre aumenta mucho se pueden además distender dando lugar a microhemorragias gástricas o úlceras.

Una situación que si se cronifica hace que la sangre tiña de marrón oscuro las heces. Lo que hay que tener en cuenta porque en las analíticas de heces la presencia de sangre es habitual y se achaca con demasiada frecuencia a la sangre contenida en la carne (aunque hoy día se empieza a experimentar con preparados capaces de distinguir en las heces la sangre humana de la animal.

Pues bien, cuando las pérdidas sanguíneas vía gástrica persisten en el tiempo puede aparecer una anemia que se acompaña de gran cansancio junto a todos los síntomas ya expuestos debidos a la falta de sangre en la parte superior del cuerpo (depresión, taquicardias, disnea de esfuerzo, etc.). Paralelamente, cuando no tenemos suficiente sangre por causa de la anemia la menstruación se hace tardía, escasa, y puede llegar a desaparecer (amenorrea); sin embargo, se normaliza cuando se recupera el volumen sanguíneo correcto.

Obesidad

Otro preocupante desequilibrio orgánico es la obesidad, padecida por un elevado grupo de población. La causa atribuida generalmente es el exceso en la ingesta de alimentos por lo que se suele recomendar el seguimiento de severos regímenes. El síndrome de abstinencia de la alimentación es muy difícil de superar por la mayoría de las personas.

Pues bien, las microhemorragias gástricas presentes en la úlcera de estómago conducen a una pseudoanemia crónica normalmente indetectable en las analíticas porque nuestro organismo es capaz de reproducir la sangre perdida en pequeñas cantidades. Nos encontramos en tales casos con un cuadro anémico que se autorregenera sólo que la pérdida de ese fluido vital produce siempre un estado de ansiedad ya que la pérdida de sangre es interpretada por el cuerpo como un camino hacia la muerte por desangrado. Por eso siempre va acompañada de un incremento del apetito para obtener los principales elementos para la fabricación de sangre. Y esos están en el chocolate, los dulces, las frutas y verduras rojas, las carnes rojas, etc.

Osteoporosis

Como hemos explicado, la afectación hepática puede terminar produciendo anemia a causa de las microhemorragias gástricas con lo que el organismo intenta por todos los medios compensar la pérdida comiendo más para fabricar sangre extra. Ahora bien, la sangre se fabrica en la médula ósea -preferentemente la de los huesos planos, por ejemplo la cresta ilíaca- y para obtenerla ésta precisa, entre otros elementos, calcio. Y cuando este mineral no está suficientemente presente en la dieta el organismo no tiene más remedio que recurrir a los huesos para obtenerlo pudiendo dar lugar a osteoporosis en edades tempranas.

Fibromialgia

Esta patología, que como su nombre indica es un "algia de las fibras musculares", pertenece al amplio campo de influencia hepático pues el responsable del tono, vigor y resistencia de la musculatura es el hígado. Y de hecho, muchos de los pacientes que se han tratado mediante desintoxicación de hígado y riñón -y, por tanto, de la mayor parte del organismo- han logrado mejoras substanciales en un porcentaje elevado de casos. Algo esperanzador teniendo en cuenta que la Fibromialgia es una enfermedad de diagnóstico difícil y un tanto subjetivo.

Cáncer

Efectos sorprendentemente beneficiosos que sobre los tumores tiene recuperar la calidad sanguínea y, por tanto, celular merced a la correcta filtración y eliminación de toxinas y elementos tumorales por parte de un hígado y riñones sanos.

Hepatitis Crónicas

Al tratar un cuadro hepático hay que considerar siempre la presencia de antiguas hepatitis de los tipos hoy conocidos A, B, C y D (la E es prácticamente desconocida), éstas dos últimas, por cierto, habituales en casi todos los estados cancerosos. Porque determinadas enfermedades infecciosas -entre ellas las hepatitis, aún aparentemente curadas- dejan huella. Es decir, se puede determinar su presencia durante toda la vida del paciente lo que significa que, aún erradicada del organismo, una parte -incluso negativizada en teoría- queda presente y detectable y, por tanto, activa en algún nivel. Presencia que puede producir patologías secundarias y aparentemente sin relación con la enfermedad original pero que deben ser tenidas en cuenta siempre que la patología actual nos haga pensar en una relación hepática aunque ésta parezca lejana.

Resumen

En definitiva, una inflamación hepática crónica bien por depósitos procedentes del filtrado fisiológico que realiza el hígado en la sangre, bien por causa de una parasitosis (virus, bacterias, etc.) bien por intoxicación puede producir, de forma parcial o total, todas estas dolencias:

1°) Diabetes

2º) Hipotensión y mareos.

3º) Disnea de esfuerzo y taquicardias.

4º) Falta de concentración y pérdida de memoria.

5º) Depresión, ansiedad, cefaleas, migrañas, caída del cabello y alteraciones de la visión.

6º) Alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, diabetes, epilepsia y ataxia cerebelosa.

7º) Piernas pesadas, varices y hemorroides.

8º) Hernias de hiato, úlceras gástricas y acidez.

9º) Anemia y cansancio.

10º) Obesidad, osteoporosis y fibromialgia.

11°) Cáncer e intoxicación celular.

En suma, todos los cuadros patológicos mencionados parecen no tener relación pero lo cierto es que en muchos casos la causa es común: una insuficiencia hepática. Y resolviendo ese problema con el tratamiento de silimarina cada caso se resolverá. Por lo que se sugiere hacerse una desintoxicación hepática y renal a fondo. Lo mejor es siempre prevenir.


PIDELO EN:

silimarie@hotmail.com

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